Recientemente la Fundación W.K. Kellogg brindará apoyo al trabajo comunitario del Instituto Tecnológico Superior de Hopelchén a través del Programa de fortalecimiento de las competencias profesionales, humanas y de emprendimiento de los estudiantes del ITS Hopelchén, una iniciativa que busca fortalecer las competencias profesionales, humanas y de emprendimiento de los estudiantes, además de potenciar el aprendizaje experiencial, a través de la aplicación de sus conocimientos y la retroalimentación con productores locales. Program for Strengthening the Professional, Human and Entrepreneurial Competencies of ITS Hopelchén Students, an initiative that seeks to strengthen the professional, human and entrepreneurial competencies of students, in addition to promoting experiential learning, through the application of their knowledge and feedback with local producers.

Para implementarlo, el programa tiene cinco objetivos específicos. Para desarrollarlos, tuvimos la oportunidad de conversar con Hiram Aranda, director general del Instituto Tecnológico Superior de Hopelchén quien explica cómo la incorporación de este proyecto viene a sumarle al exitoso trabajo comunitario que el instituto venía trabajando y el cual se reforzó con la pandemia.

El primer objetivo es propiciar los espacios y oportunidades de que los estudiantes del ITSH continúen con su preparación profesional en sus comunidades a través de la implementación de actividades de aprendizaje experiencial, como alternativa a las circunstancias propias del aislamiento social debido a la contingencia sanitaria vigente.

“Desde que tuvimos que suspender las labores nos las hemos tratado de ingeniar para seguir trabajando con ellos y seguirles garantizando y verificando su aprovechamiento académico”, menciona Aranda. Por eso el ITSH ha implementado un sistema de visitas a las comunidades, para darle seguimiento a los proyectos. “Nuestra zona de influencia es de aproximadamente 170km a la redonda, más o menos. Tenemos chicos de cerca de 45 localidades y los hemos visitado a todos en al menos 3 ocasiones”. says Aranda. For this reason, the ITSH has implemented a system of visits to the communities, to monitor the projects. “Our area of influence is within a 170km radias of the institute. We have students from about 45 locations, and we have visited all of them at least 3 times”.

El segundo objetivo es propiciar una vinculación participativa, en ambos sentidos entre las comunidades incluidas y el ITSH. Para esto, la institución ha estado impulsando la creación de proyectos productivos que integren a todos los estudiantes -independientemente del semestre y de la carrera que cursen-.

“Lógicamente cada uno le tendrá que dar una salida de acuerdo a su carrera profesional. Esto se está echando a andar y ha sido muy bien aceptado, lo cual nos permitió recuperar un poco el ánimo de los estudiantes, que estaba bastante perdido. Estamos apostando por un aprendizaje experiencial que va mucho más allá que fomentar una práctica. No solo es el know how (cómo), es el know why (por qué), el know for (para quién) y el know who (con quién)”.

Otras de las metas están estrechamente relacionadas con la creación de líderes comunitarios, aprovechando y potenciando las cualidades de los estudiantes, además de generar espacios que fomenten la investigación y la práctica de lo aprendido en la universidad en la realidad de sus vecindarios.

Finalmente, uno de los objetivos más importantes es la aplicación de los conocimientos teóricos en situaciones reales de producción y desarrollo de empresas sociales en la región.

“Actualmente tenemos en papel unos 25 proyectos, de estos tenemos que ver cuáles sobrepasan esta fase y logran constituirse formalmente. El apoyo de la Fundación Kellogg nos ayudará significativamente por ejemplo para adquirir elementos como mallas, mangueras de riego, algunos alambres y herramientas para reforzar estas iniciativas”.

“Entre algunos de los proyectos que tenemos está el rescate de apiarios, en donde los estudiantes reciben abejas reina de nuestro propio campus, además de toda nuestra asesoría. Hay otros que están sembrando limón, pitaya, tenemos también un grupo que está rescatando un fruto que se llama lec y hay proyectos de tipo pastoreo con borregos que tienen en sus casas o terrenos. Otra valiosa incorporación han sido trabajos de egresados que ahora están en manos de estudiantes actuales, por ejemplo, productos de harina de maíz como pinole, maíz tostado y otros productos. También el cultivo de la yuca y los derivados del árbol de pich, cuyos frutos se deshidratan y muelen para hacer harina. Tiene mucho potencial no solo como suplemento de alimentación, sino también para alimentación humana”.

“Lo más valioso -dice Hiram- es que a los estudiantes no les representa una inversión adicional, sino que son insumos con los que cuentan porque son de sus padres, suyos o de la comunidad donde viven, y esto representa una oportunidad de progreso en el futuro”.

Al final, el resultado deseado para el ITSH es que los estudiantes logren organizar y formalizar sus ideas para que detone en una red de mercado en la que puedan vender sus productos sin intermediarios o a centros de acopio más formales.